Ollie, el perro pastor de Shetland de 10 años, estuvo cerca después de que un viaje de campamento con su familia lo dejó paralizado y listo para dormir.
Ollie era normalmente un perro muy activo y saludable. Le gustaba correr como loco al aire libre y acompañar a su familia en viajes de campamento. Sin embargo, después de que regresó de uno de los viajes de campamento, ya no era el mismo. Su familia sabía que algo le pasaba a Ollie porque simplemente se acostaba y dejó de comer tanto.
Y no mucho después de esto, Ollie vuelve completamente paralizado. No podía comer ni siquiera ir al baño. Su familia lo llevó de inmediato al veterinario.
Sin embargo, no pudieron descubrir qué le pasaba al pobre Ollie. Su familia lo amaba tanto que les dolía verlo sufrir, por lo que tomaron la agonizante decisión de ponerlo a dormir.
Mientras se preparaba a Ollie para su procedimiento en el DoveLewis Emergency Animal Hospital, la suerte intervino cuando un interno comenzó a acariciarlo y luego le rascó detrás de la oreja. Fue entonces cuando el interno descubrió un pequeño bulto que resultó ser una garrapata.
La parálisis por garrapatas es una condición muy rara de la que el Dr. Adam Stone recordaba haber aprendido. Pensando rápidamente, revisó todos los síntomas y resultó que todos los síntomas de Ollie coincidían con los de la afección. Se quitó la garrapata y se les dijo a los dueños de Ollie que esperaran unos días.
Como medida de precaución, se rasuró el resto del cuerpo de Ollie para asegurarse de que no hubiera otras garrapatas antes de enviarlo a casa. En 10 horas, Ollie volvió a su estado normal. Sus dueños quedaron encantados y lo llevaron de nuevo a la clínica para mostrar su recuperación.
Los dueños de Ollie estaban más que agradecidos con el personal médico. Y en el futuro, se asegurarán diligentemente de evitar que ocurran otras picaduras de garrapatas.
Ollie tuvo tanta suerte de haber evitado la eutanasia.
Deje que esto sea una lección para otros dueños de mascotas para que siempre vigilen atentamente a sus mascotas.