No es raro que las personas compren sus mascotas como gatitos. Pero cuando crecen, no son en absoluto la raza prometida.
Además, a veces hay situaciones en las que una supuesta mascota también es un animal salvaje que no se puede tener en casa.
Esta historia comenzó hace un año. Una chica en la tienda de mascotas compró una mascota. Se decía que era un cachorro Pomerania Spitz.
Es una linda raza de perro enano, cuyos representantes apenas crecen y tienen el pelo muy espeso y esponjoso. A veces, los Spitz se comparan con pequeños osos o animales de peluche.
Al principio, el lindo cachorro blanco parecía bastante común. Comía regularmente pechugas de pollo, frutas y comida para perros. Pero cuando tenía 3 meses, comenzó a mostrar un comportamiento extraño. Tenía un fuerte apetito por la carne cruda y también tenía instinto de caza.
La apariencia del “perro” también comenzó a cambiar. El hocico se estiró más de lo que debería, las orejas apuntaron hacia las puntas, el cuerpo se estiró mucho, el pelaje se volvió mucho más grueso y la cola se volvió demasiado larga y esponjosa. Además, la mascota nunca ladró. Y tampoco quería ejecutar las órdenes.
Cuando la dueña salió a pasear con su “Spitz”, todos los demás perros comenzaron a correr, gruñían, mostraban miedo, trataban de esquivar y esconderse.
Desde hace casi un año “cachorro” vive con la niña. Entonces decidió averiguar qué hacía extraña a su mascota. Empezó a sospechar que la habían engañado y que no era el Pomeranian Spitz. ¿Pero quién fue?
Llevó al Spitz al zoológico y los expertos descubrieron qué tipo de animal era. El Spitz parecía un verdadero zorro ártico, también llamado perro blanco o zorro común. Es un animal raro.
La niña tuvo que dejar a su mascota en el zoológico, porque a medida que envejece el zorro, más instintos se despiertan en él, y puede volverse peligroso para la sociedad. Pero a la dueña se le permitió visitar a su mascota, escribe izlizano.com
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